sábado, 29 de octubre de 2011

De Juan Gustavo Cobo Borda. Colombia es una tierra de leones.

País mal hecho
cuya única tradición
son los errores.

Quedan anécdotas,
chistes de café,
caspa y babas.

Hombres que van al cine,
solos.

Mugre y parsimonia.

De Ángel González. Nada es lo mismo.

                         La lágrima fue dicha…
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
Nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.


De Margaret Atwood. Nada.

Nada como el amor para devolver
la sangre al lenguaje.
La diferencia entre la playa y sus
distintas rocas y fragmentos: rígida
escritura cuneiforme y la tierna y cursiva
de las olas, el hueso y las líquidas huevas de pez, el desierto
y la ciénaga salina, como un verde empujón
que nos saca de la muerte. Las vocales, regordetas
de nuevo como labios o dedos empapados, los mismos
que se mueven por estos
blandos guijarros como por la piel. El cielo no está
ni vacío ni lejano, sino cerca
frente a tus ojos, derretido, tan cerca
que puedes degustarlo. Sabe
a sal. Lo que te acaricia
es lo mismo que acaricias.
De Historias Reales.

DE LO QUE HABLA. Franz Kafka. El discurso filosófico.

"Si sólo fuera posible que alguien se mostrara capaz de detenerse un instante, de callar un momento, a la vista de la verdad. Pero parece imposible. Todos, yo también, nos aproximamos a la verdad, y la derrumbamos a fuerza de centenares de palabras."

De Raúl Gómez Jattin. El agresor oculto.

Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo 



De Amanecer en el valle del Sinú.

miércoles, 26 de octubre de 2011

De Margaret Atwood. Deletreo.

¿Cómo se aprende a deletrear?
Sangre, cielo y sol,
tu nombre primero,
la primera vez que nombras, tu primer nombre,
tu primera palabra.

De Historias reales. Apuntes para un poema que nunca se podrá escribir.

martes, 25 de octubre de 2011

De Omar Kheyyam.

179
El dedo del destino tan sólo una palabra
escribió antes de irse. Nada, ni inteligencia,
ni amor, ni compasión, hará que se retracte.
No hay lágrimas bastantes para poder borrarla.
De Rubaiyat.

De W.B. Yeats. Navegando a Bizancio.

IV
Una vez fuera de la naturaleza nunca más tomaré
mi forma corporal de forma natural,
sino una forma como aquellas que el orífice griego
forjara en oro y en oro esmaltara
para que el soñoliento Emperador no se durmiera;
o cantaré, posado en una rama dorada,
para damas y señores de Bizancio,
aquello que haya pasado, que pasa o por venir.
De La Torre.

De Akiko Yosano.

pelo negro,
mil mechones de pelo,
este pelo enredado,
como mis pensamientos enredados,
como mis sentimientos enredados…

miércoles, 19 de octubre de 2011

De Libardo Barros. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Revista Semana.

El Carnaval después de la inundación

Por: Libardo Barros E.

Hoy es domingo de carnaval en Soplaviento, como lo es para San Cristóbal, Arenal, Campo de la Cruz, Villa Rosa, Santa Lucía o cualquiera de los pueblos inundados en diciembre pasado por el desbordamiento del Canal del Dique. Sus habitantes están de vuelta después de más de dos meses de ausencia. Hace apenas tres semanas, los pocos que habían llegado se asustaban entre sí como si fuesen fantasmas o ánimas en pena. Y aunque parezca triste, algunas familias se quedaron en otros pueblos. Pero el agua no es más terca que nosotros, dijo alguien. Ya está la fiesta, el disfraz, el baile y esta felicidad a borbotones que los congrega.

Hace dos años Guillermo Orozco, el bailador más gracioso de la danza de negros de Soplaviento, se reponía de una operación a corazón abierto. Había perdido veinte kilos de peso. Cuando se sintió recuperado, la creciente de este diciembre lo puso a prueba otra vez. Pero al fin llegó el carnaval, y aunque no hace los mismos recorridos de antes, por lo menos festeja y se entusiasma cuando escucha el tambor alegre y canta para sí:
Eh, eh, eh, la rama del tamarindo.
Esa emoción la viví muchas veces en Santa Lucía, Cartagena, Barranquilla o cualquier otra parte a la que fuimos. Es un lujo estar entre esos muchachones blandiendo mi machete de peje sierra. El tambó tocando finito y los versos de Anto animando. Esa música me sofoca cuando la oigo, al costado, atrás o adelante. Hay que hacerlo con gracia si no, no sale bien.

domingo, 16 de octubre de 2011

De Anna Ajmátova.Unos van por un sendero recto...

Unos van por un sendero recto,
Otros caminan en círculo,
Añoran el regreso a la casa paterna
Y esperan a la amiga de otros tiempos.
Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
Llevo conmigo el infortunio,
Voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
Como un tren sobre el abismo.

Versión de Jorge Bustamante García

sábado, 15 de octubre de 2011

De Jaroslav Seifert.

He tenido que llegar a edad avanzada
para aprender a amar el silencio.
Conmueve a veces más que la música.
En el silencio aparecen señales emocionadas
y en las encrucijadas de la memoria
detectas nombres
que el tiempo pretendía ahogar.
Por la noche, en las copas de los árboles,
puedo oír hasta el corazón de los pájaros.
Y al caer el día, una vez, en el cementerio,
oí de lo hondo de una tumba
el crujir de un ataúd.

jueves, 13 de octubre de 2011

De Gioconda Belli. Inactividad.



Y escribimos
hablamos como desesperados
hacemos y deshacemos la historia
en las reuniones
mientras el tiempo va pasando
y vamos agachando
cada día más
la cabeza.

De Sobre la grama.

De W.B. Yeats. Muerte.

Ni temor, ni esperanza
visitan al animal agonizante.
Un hombre aguarda su fin
todo temiendo, esperando.
Muchas veces murió.
otras tantas levantóse.
Un gran hombre en su orgullo
confrontando asesinos
arroja su desdén sobre esa
transferencia del aliento.
Bien conoce la muerte hasta los huesos.
El hombre ha creado la muerte.

De La escalera de caracol y otros poemas.

viernes, 7 de octubre de 2011

De Alejandra Pizarnik.

*
Como una idiota cruzando la calle
tengo miedo, me río, me saludo en el espejo
con una sábana hedionda,
me corto de raíz,
me escupo, me execro.
Como una santa acosada
por voces angélicas
me hundo en la canción de las plagas
y me vengo, me renuncio,
me silencio, me recuerdo.
Textos entre 1956-1960.

De Tomas Tranströmer. Solsticio de Invierno.

Mi ropa irradia
un resplandor azul.
Solsticio de invierno.
Tintineantes panderetas de hielo.
Cierro los ojos.
Hay un mundo sordo,
hay una grieta
por la que los muertos
traspasan la frontera.
  
Para Tranströmer, que concedió una entrevista al diario El País, de España, lo suyo se define en estos términos: “Un poema no es otra cosa que un sueño que yo realizo en la vigilia. El sueño y el poema vienen de la misma persona. Tienen algunas leyes compartidas. Tengo una relación de mucho amor con el sueño. Me voy a la cama como si fuese a una fiesta. El despertar es casi siempre una desilusión”, explicó.


http://www.elespectador.com/impreso/cultura/articulo-304403-transtroemer-exige-al-lector

De Borges. Yo.

La calavera, el corazón secreto,
los caminos de sangre que no veo,
los túneles del sueño, ese Proteo,
las vísceras, la nuca, el esqueleto.
Soy esas cosas. Increíblemente
soy también la memoria de una espada
y la de un solitario sol poniente
que se dispersa en oro, en sombra, en nada.
Soy el que ve las proas desde el puerto;
soy los contados libros, los contados
grabados por el tiempo fatigados;
soy el que envidia a los que ya se han muerto.
Más raro es ser el hombre que entrelaza
palabras en un cuarto de una casa.
De La Rosa Profunda.

De Andrea Cote. Temo.

Temo que el infierno sea tan largo como el silencio de Dios,
que su tiempo esté habitado por el frío de los templos.
Temo que el silencio sea silencio afuera de la muerte,
que luego del tiempo aún conservemos la memoria.
Temo no dormir tampoco en ese sueño eterno
y que hasta allí nos siga la desesperación de los relojes.


jueves, 6 de octubre de 2011

De Ángel González. Elegía pura.

Aquí no pasa nada,
salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.


martes, 4 de octubre de 2011

MUJER HEMBRA SE LEVANTÓ MUY SEDUCTORA. Bertha C. Ramos.


Cierto domingo de octubre Mujer Hembra se levantó muy seductora. Y mientras le iba dorando una a una las tostadas a Hombre Macho, mientras picaba cebollas y maceraba tomates, mientras revolvía los huevos con trocitos de jamón artesanal y embadurnaba sus labios con lustrosa miel de abejas, lo miraba fijamente. De repente, se paró delante de él con un aire codicioso, y con arresto, como si hubiera entendido el teorema de Pitágoras, le dijo: Quiero una Toyota Sahara 2012, automática, timón en madera multifuncional con mandos de audio, techo corredizo eléctrico, regulador de velocidad, GPS, doble tanque de gasolina, portamaletas en el techo, tercera fila de sillas, 8 air bags, dirección hidráulica, estribos, motor de 4000cc, 6 cilindros en V, 24 válvulas, sillas de cuero, calefacción interior, doble aire acondicionado, sistema de audio de 6 discos compactos, lámparas frontales ajustables, bomper de lujo, luces de xenón, nevera, alarma, bloqueo central, sensores de parqueo adelante y atrás, lava farolas, vidrios con programador de cierre, llantas anchas de rin 18, velocidad de crucero, espejos eléctricos con control, gaveta de maquillaje, porta gafas, vidrios opacos y blindaje.
Hombre Macho se quedó mirándola asombrado, y como si también hubiera comprendido el teorema de Pitágoras, le dijo: yo quiero mi desayuno.
cuentosdeBCRamos. 
Joan Miró. Hombre y mujer frente a un montón de excrementos.

lunes, 3 de octubre de 2011

De Raúl Gómez Jattin. Íntimas preguntas.

¿De profesión?
Loco
¿De vocación?
Lerdo
¿De ambición?
Terco
¿De formación?
Ángel
Y ni aún así
pudo contrarrestar
el cabrilleo de los ojos de Jorge

¿De fornicación?
Lento

En Del Amor

De Ángel González. Esto no es nada.

Si tuviésemos la fuerza suficiente 
para apretar como es debido un trozo de madera, 
sólo nos quedaría entre las manos 
un poco de tierra. 
Y si tuviésemos más fuerza todavía 
para presionar con toda la dureza 
esa tierra, sólo nos quedaría 
entre las manos un poco de agua. 
Y si fuese posible aún 
oprimir el agua, 
ya no nos quedaría entre las manos 
nada.
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